Que un señor de aproximadamente 70 años, se pasee a las 8 pm, en un semáforo, con una bandeja, ofreciendo ensaladas de fruta en vasitos desechables, con una bolsita plástica cubriendolos y con cara de no haber vendido ni medio. Y que dos hombres que rondan los 35 años, se paren todo un día, en una esquina cualquiera de Bogotá frente a una báscula casera, ofreciendo pesar a las personas por "cualquier monedita", no sólo me deja preocupada, sino que ademas quisiera romperles la madre a todos los promotores de esta ceguera:
Esta noche no, esta noche descanso del mundo, me despego tres segundos de la tierra, me elevo un poco más, me entierro un poco más. El grillo de los pies aún ata, por eso, pedir ayuda al mundo no es humillante... nunca se ha abandonado... no está mal pedir una ayuda...
miércoles, agosto 23, 2006
Ángela escribe: El peso de la crisis
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario