viernes, diciembre 16, 2005

Ángela escribe: EXIJO LA DEVOLUCIÓN DE MI DINERO

Haciendo un análisis exhaustivo del uso que le he dado a mis 23 años de existencia pude determinar que:

  • He pasado de 2/15 de mi vida buscando nombres de famosos en el directorio para llamarlos en mis madrugadas de insomnio.
  • 1/6 simulando frente al espejo la operación estética que nunca me practicaré en la nariz.
  • 1/8 escuchando una y otra vez la misma canción
  • 1/4 dormida
  • 1/3 frente a un televisor
  • El 1/60 restante lo he ocupado en actividades de menor importancia que llamaré Varios

Me tienen sin cuidado esos dos quinceavos porque sé que algún día daré con uno de los novios de Daniela Franco y seré feliz.

Me preocupa sobremanera haber gastado tanto tiempo viendo televisión, me entristece ser una avergonzada testigo de la exitosa carrera de Julio Jiménez en la pantalla chica. Recordar programas de los que pocos conocieron su existencia. Cargar con la cruz de ver cuatro veces cómo Candy se enamoró de Terry Grandchester (¿se escribe así?). Entre otras muchas experiencias que me ofrecieron mis nanas Canal 1 y Canal A.

Constantemente estoy renegando acerca de la existencia de Dios, hago pataleta si me obligan a ir misa y ni que me nombren una novena, pero lo que no puedo negar es que el diablo existe y que además es bien puerco.

Lejos están los padres de imaginar que mientras llenan su ausencia con horas y horas de televisión, siembran en sus hijos la semilla del mismísimo demonio.

Tiene que ser obra de Satanás que las niñas de mi generación crean en el príncipe azul. Claro, ellas afirman no creer en “ese cuento”, pero: ¿cómo se explica que se molesten por que el novio sale con los amigos y la deje encerrada y aburrida en la casa viendo Los Reyes?,¿por qué esperan el detalle que nunca llegará?¿por que el novio (rumbeo, tinieblo, o lo que sea, gente enferma que me lee) está obligado a conocer sus gustos y sus fobias? ¿Es que no le basta con sus propias fobias? para resumir: ¿por que el susodicho permanece en un altar sólo hasta que comete un error meramente humano??.

¿Por qué concebimos el amor como una matica que hay que cuidar y sino se daña?¿por que no somos libres y amamos y nos dejamos amar hasta que dure? ¿Por qué nos cuesta tanto el fin? En eso los hippies tienen mucho que enseñarnos (sólo en eso, mi concepto del aseo personal lo sigo sosteniendo). Estos hechos sólo tienen respuesta en esas tardes viendo Topacio o Quinceañera. Nos metimos en la cabeza un modelo que los hombres no están dispuestos a seguir, por naturaleza y por que ellos prefirieron salir a jugar fútbol o le fueron fieles a la cajita mágica mientras les duró el mundial de cada cuatro años.

Señoritas: aquí no hay malos ni buenos, es sólo que nos orientaron mal y nos hicieron creer en falsos estándares que traducirían felicidad. El consuelo es que no solo nos afectaron a nosotras, algunos hombres andan por ahí viviendo su propia telenovela… conozco a uno de concurso.

A mi nadie me dijo que el antagonista no es que fuera malo, sino que todas sus marranadas eran para llamar la atención por que el autoestima no le daba pa’mas y buscaba quien lo apapachara. Que la protagonista no era el modelo a seguir y que ser una solapada en la vida real no paga. Que el tipo puede querer a la vieja pero que si se le presenta el papayazo no lo va pensar dos veces. Nadie me indicó que el final de Gaviota y Sebastián tenía contraindicaciones. Nadie me dijo que el amor de las novelas es un mal chiste.

Lo sé, pequé por ignorante. Ahora es tan obvio que da risa. Por eso exhorto a quienes leyeron toda la carreta anterior a apagar los televisores, en el mejor de los casos a agarrarlos a patadas, a salir a la calle y romperle un vidrio a la vecina que nunca devolvió el balón, a darle un beso a esa persona que les daña los pensamientos sin esperar un matrimonio feliz, a mirar al cielo por horas y resistir la tentación de ver a todos estos retrasados de la farándula hacer el ridículo de sus vidas, a ocupar la mente (sin tirársela, claro) en lo que sea menos en un programa de televisión que no les aportará nada y a vivir y dejar vivir con los pies bien puestos sobre la tierra.

Conciudadanos: las posibilidades son infinitas. Si, el daño ya nos lo hicieron, pero la basura que nos venden no conoce límites, nos impide ser felices y podríamos estar peor.

Datos adjuntos

Las anteriores cifras estadísticas suman 1, gracias al gentil auspicio de voyage 200 otro producto de texas instruments, no acepte imitaciones.

Por andar posteando esto no le recé al divino niño, me voy a condenar.

Esto de armar revoluciones agota muchísimo, me voy a dormir.

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