sábado, febrero 26, 2011

Liza escribe: a donde vamos Parte II

“hey, me escuchas?, Ya sé que eres tú, te escuche gritar y ahora callas, entiendo que calles, pero no conmigo… No te veo porque está muy oscuro, pero te siento, es el mismo olor que sentí la primera vez… Hablas! Qué bueno oír de nuevo tu voz, que mal que sea para decirme lo que me dices; veras, las mías están bastante viejas y las puedo soltar sin problemas pues en todo este tiempo he adelgazado mucho, dime si quieres que me acerque a ti y trate de de ayudarte, al menos para que estés más cómodo; no te sientas mal, yo estoy como tú, toca mi rostro, palpa mis manos y entenderás. Tu piel es muy suave, no lo había notado antes; lo siento, es una herida bastante profunda. Voy a romper un pedazo de tu pantalón, está bien? Como que para qué? Para que estés más cómodo, vas a ver como sentirás mejor tu pierna. Estas llorando? No llores, vámonos, lejos… Como que no podemos? Tú me mostraste que si, vámonos lejos y volvemos antes de que el sol se oculte… No, tú me prometiste que yo escogería, entonces partimos a Paris”.
Francia en invierno, un motivo más para que los enamorados se abrace. Paris es la ciudad del amor, donde todo se acaricia, se besa, inclusive si no se quiere, o si no es permitido. “Esa es la torre Eiffel, quiero subir… No seas cobarde, no queda tan alta y quiero escalarla; no, no me quiero unir a los demás turistas, quiero escalarla por fuera, como arañas, como simios… Tu puedes raptarme y apretarme en tus brazos hasta que me rescate un helicóptero, como en la película; no te lo tomes tan enserio, me asfixias!. Mira que hermosa esta ciudad, desde aquí podemos ver todo Paris, podríamos bajar por pan francés caliente, aprovechando la venida… Claro que si, si es la comida típica de acá, preguntaría pero no hablo francés y tu no debes andar dudando de mi palabra, soy un mar de conocimientos. Que dices? El luv que? Claro, claro que sabia del museo, pero estaba probándote, solo bromeaba, lo juro; Claro que no me sonroje, tienes muchas ideas. No entiendo? De verdad? Esa era la casa del Jorobado? De que te ries? No seas tonto, sé que no es una historia real, y si, sabía que quedaba en Paris, todo el mundo lo sabe… Que dices?... Yo no escucho nada, o si? Vámonos rápido… ya no tengo tiempo de correr, nos han visto”
“No es cierto!, mentiroso!, como podría abrazarle con esto en todo mi cuerpo, llevo años así, casi una década, ustedes lo saben, yo no podría tocarle a esa distancia… ni siquiera lo puedo ver bien, para que se lo llevan… no tiene sentido que se lo lleven! Si no se lo van a llevar, por que hay tantos hombres? Una qué? Para que esos ladrillos? Que van a hacer?”
“Hey, me escuchas? Por que ya no hablas? De nuevo te has quedado callado, ha sido mi culpa, no digas que no, yo sé que así fue… No importa, aun te pienso, aun te siento… Está bien, vamos a China, aunque sería mejor a Alemania, deberíamos ir a Berlín” Una muralla se extiende por toda la montaña, sube, baja, se encorva, se endereza. China y su hermosa arquitectura, sus sembrados. “Quien pensaría que esta muralla usada para la guerra, para defensas y ataques sea objeto hoy de esa pequeña niña jugando golosa... Rayuela, no que este golosa… Deja de reírte, o no, mejor, síguete riendo, aguanto la humillación a cambio de verte feliz. Te dije que Berlín seria más representativo, pero tal vez tienes razón y China es más realista… Ya que estamos acá vamos a comer esas bolas de arroz que salían en los muñequitos animados… Por supuesto que existen, no seas tonto, y era lo que se llevaban para el almuerzo los trabajadores del campo, es como la panela para los colombianos… Shhh, no digas nada mas, es hora de volver, después iremos a los cultivos de arroz; vamos, te lo pido… por favor”
“Hey, linda, perdóname, debimos volver antes… No llores, la libertad está en el alma y en la mente, no está afuera y tu y yo, princesa, viviremos por siempre juntos… Aun cuando ya nunca te pueda volver a rozar, cada noche estaré a tu lado, cada mañana te despertare con una rosa, tu y yo vivimos en este cuento, y no se acaba mientras tú no quieras, y mientras yo viva”

No hay comentarios.: