viernes, marzo 31, 2006

Angela escribe: No vuelvo a fumar esa porquería

Si las llaves aparecieron en la mesita junto al teléfono, habrá que asegurarse que no estén sobre la cama. Porque si aún teniéndolas en nuestras manos, estuvieran en otro sitio de la casa, descubriríamos una anomalía tremenda que cambiaría el curso de nuestra historia. Y aquí no tiene discusión la posibilidad de dos o mas juegos de llaves iguales, que es por de mas descabellada. No es una estupidez. En verdad se debe tomar el tiempo necesario para confirmar lo que por simple flojera asumimos como una certeza.
Por si las dudas, de ahora en adelante, me pondré en la labor de descartar cada suceso que pudiera desmentir un evento que en el pasado, por mi apego al mundo, diera por hecho con cualquier prueba, acaso aparente, de veracidad. De aquí en adelante, si está muerto debo asegurarme de que no esté vivo. Si me saqué un uno en el examen será mi obligación agotar hasta el último recurso en la búsqueda del examen con la calificación perfecta. Buscaré demostrar que, posiblemente existe alguna suerte amor paralelo a tanto odio.
Lo siguiente es para compensar las imágenes tan tristes que se han publicado últimanente con algo muy pero muy bello

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